jueves, enero 06, 2005

ARBOLEDA MENGUANTE

Contemplo el paisaje
siento el aire frío
leve
que estremece la memoria.

La arboleda a lo lejos eleva
su verde oscuro
natural.

Me distraigo
huyo de lo cotidiano
busco evaporar la amargura
que llevo manchada
en la solapa.

Este no es un mal lugar
para llorar
pero es mejor dejar
el rostro implícito
inmaculado.

No olvido que llevo la carne
colgada en los huesos
soy un suspirar
incoloro
una nube pasajera
que respira lento.

Siento el vidrio frío
ligero.

Casas a lo lejos
invitan a la mirada
distingo los colores
los contornos
la luz
y la sombra
los individuos.

No soy sino yo mismo
y el otro que se incrusta
como un abrazo pálido
un remanente de memoria
que se doblega
hasta convertirse en un vahído
un escaparate
desvencijado
repleto de recuerdos
húmedos.

Soy un trozo masticado
de nostalgia
una calle vacía
un cuarto oscuro
una vela recién apagada.

El humo eleva
y proclama un sueño
una visión nocturna.

Olvido
me entrego
sacudo la distraída herida
entorno los ojos
regreso.

22/X/2004

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